El anime en cuestión es ACCA: 13-ku Kansatsu-ka. Es la adaptación animada del manga homónimo de la mangaka alternativa Natsume Ono por parte del famoso estudio Madhouse. Si no hubiera sabido este hecho, probablemente no le hubiera dado una oportunidad a la obra. Sin embargo, tampoco me convencía esta combinación de Ono y Madhouse, me daba mala espina, pero decidí darle el beneficio de la duda, pues podría salir algo curioso de ella.
Nos situamos en Dowa, un reino ficticio de apenas 100 años de antigüedad dividido en 13 estados. Fue formado tras alcanzar un consenso entre los disímiles estados que lo conforman después de ciertos conflictos que llevaron a que estos asestaran un golpe de Estado contra el hasta entonces gobernante. Dichos sucesos quedaron atrás en el tiempo y para evitar que estos volvieran a suceder se tomaron ciertas medidas. Ahora los 13 estados gozan de autonomía e independencia y pese a sus diferencias conviven en concordia unificados bajo la bandera del reino de Dowa. Y fue fundada una poderosa organización no gubernamental con el propósito de proveer servicios a los territorios: la ACCA, cuyas muchas filiales ocupan todo tipo de especialidades. En pos de mantener el control de sus muchas sucursales y de velar por la seguridad y tranquilidad del reino, fue fundado el Departamento de Inspección, donde nuestro protagonista, Jean Otus, es el segundo al mando. Los altos estratos de la ACCA están compuestos por la directora general Mauve y la figura de los Cinco que consta de los jefes de cinco distritos y que se encargan de determinar las decisiones y el rumbo que tomará la organización. Actualmente el reino de Dowa disfruta de un período pacífico y la peculiar silueta de un pájaro que simula su geografía se ha convertido en el símbolo de la ACCA y la paz que esta ha traído.
Pese a la situación favorable que presenta, surgen varios problemas. Dada la serenidad que predomina en estos tiempos, se lanza al aire las siguientes preguntas: ¿realmente sigue siendo necesaria la existencia del Departamento de Inspección?, ¿no debería, pues, ser disuelto? Con el fin de ahorrar presupuesto, los Cinco dictaminan su disolución, pues ya ha perdido su utilidad. Con esto, peligra el puesto de nuestro protagonista y de muchas otras personas. Paralelamente, todos los ciudadanos se encuentra volcados en la celebración del nonagésimo noveno cumpleaños de su rey. No obstante, en medio de este revuelo comienza a despertar la inquietud, que da paso al conflicto principal alrededor del cuál girará la obra. La hasta entonces calma que reinaba en Dowa parece estar en peligro con el aparente deterioro en la salud del rey Falke II y la inminente sucesión al trono del no muy apreciado príncipe Schwan. Comienza a correr el rumor de un nuevo golpe de Estado, este llega hasta las altas esferas y todos las miradas señalan a Jean.
ACCA: 13 nos presenta una premisa, cuando menos, atractiva para un sector específico del público y es que es inevitable que no llame la atención a aquellos que se encuentran hartos de tantas obras dirigidas al público otaku conformista que giran siempre alrededor de los mismo temas y que no se atreven a salir de ese círculo vicioso. Su escenario recuerda a los antiguos imperios, grandes y poderosos que por dentro se caían a pedazos en su intento forzado de mantener unidos a tan desemejantes pueblos bajo un misma bandera. Conspiraciones, intrigas políticas, golpes de Estado, la disconformidad y la tensión palpables por los choques de intereses... En los últimos años, rara vez hemos tenido el placer de presenciar la emisión de un nuevo anime que parta con una premisa que dé tanto juego como esta. ACCA es una propuesta llamativa que rompe la norma y se sale de lo convencional, del estancamiento que sufre la industria, una apuesta interesante que se arriesga para hacer algo diferente. Al fin y al cabo, quien no arriesga no gana. Pero esto no quiere decir que ACCA haya ganado automáticamente. Ni mucho menos. Ciertamente, tenía todo el potencial para convertirse una buena y memorable obra, ¿pero realmente logra estar a la altura?
Jean Otus y su hermana pequeña Lotta. |
Lo que hace diferente a ACCA es que prefiere un acercamiento atípico y se aleja de caer en la violencia al abarcar este tema. Desde el principio podemos prever que si sucede el tan comentado golpe de Estado, no acabará en un baño de sangre y un festín de cuervos, pues no casa en absoluto con el tono de la obra. Es la incertidumbre que esto siembra y las muchas contradicciones que presenta el primer episodio lo que llama mucho la atención y despierta la curiosidad por ver cómo se las apaña para ejecutar bien su premisa y darle un buen final a ese embrollo. Con esto parece abrirse el camino al golpe de Estado y uno creería que nos embarcaríamos en un peculiar y profundo thriller, en un apasionante viaje de intrigas en el que se irían desentrañando los misterios hasta culminar de forma sorprendente en la esperada revolución.
Los Cinco Jefes. Empezando por la izquierda: Lilium, Pastis, Pine, Spade y Grossular. |
Presta más atención a la construcción y presentación de su mundo y esto no es algo malo, pero provoca que se descuide el hilo narrativo, haciendo que la serie pierda el foco principal y se desvíe de su camino, dando vueltas sin un rumbo fijo. Con el paso de los episodios, no ocurre nada, no es fascinante y comienzan a saltar las alarmas. El que una serie lleve un ritmo pausado no es un contra, tampoco lo es que no suceda nada especial. Ahora bien el problema es que ACCA es una obra que se cuece a fuego lento, pero lo hace tan lento que no se termina de cocer. No ocurre nada, pero es que DEBERÍA ESTAR PASANDO ALGO. Parte con una premisa muy intrigante... que es ejecutada de una forma deplorable. Las escenas de comida, que originalmente eran en pro de proporcionar un descanso de tanta cháchara formal, lo que hacen de hecho es perjudicar a la serie y al ritmo de esta. Durante cada episodio se desperdicia una gran cantidad de minutos mostrando planos de panes y dulces y hablando de ellos. Que si pan de Dowa, que si galletas danesas, pero... ¿y el golpe de Estado qué? Sí que son detalles bonitos y visualmente son una gozada, pero menos comida y más hablar de lo que verdaderamente nos concierne. Finalmente lo único que te mantiene siguiendo el anime es el desasosiego que produce el mal ritmo de este.
Nino, Lotta y Jean. |
Hablaba anteriormente del giro que supusieron los últimos minutos del episodio nueve, este giro argumental es bueno porque es ingenioso, aprovecha el aura de misterio que envuelve a los dos jefes para sorprendernos de forma que resulte verosímil y calienta motores para llegar al clímax. En contraste con este, está el final. El último episodio es un plot twist de dimensiones titánicas, pero a diferencia del otro, este es malo y desmesurado. Una serie, o más bien un plot twist, inteligente no es esa en la que durante todo el trayecto crees que va a ocurrir cierta cosa, pero en el último minuto pasa algo completamente impensable y te sueltan el rollo de que todo estaba preparado desde el principio sin haber dejado ninguna pista por el camino. Viendo la atmósfera de la serie se veía venir que no seria un golpe de estado violento y sangriento, mas no que terminaría haciendo un viraje tan ridículo. Las escasas conclusiones a las que el espectador puede llegar a través de los ínfimos detalles que se filtran a lo largo del anime son destrozadas en el último episodio. ACCA no tiene clímax. Tira por tierra la tensión que había logrado construir a duras penas, todo se soluciona en dos minutos de forma excesivamente conveniente en el desesperado afán de dar cierre por completo a la montaña de problemas que se habían ido planteando. Luego te sueltan la chapa de que todo había sido una farsa planeada desde el comienzo y de la que todos eran conscientes para hacerles probar de su propia medicina a los de Furawau, precisamente a Lilium, que acaban siendo los malos de la película así porque sí, mientras que los demás quedan como las buenas y generosas almas que sólo desean la paz en el reino y dispuestas a perdonar las vidas de los traidores de Furawau cuando algún día vuelvan arrastrándose. Y es que Furawau se separa del reino y se lleva sus fuentes de recursos con él, pero oh, casualmente se encuentra petróleo en Pranetta, por lo que el reino ya no debe depender de los recursos del adinerado distrito de Lilium. Un final pésimo e inverosímil sobre el cual me extiendo un poco más en mi otra entrada Short Thoughts | Final de ACCA: 13-ku Kansatsu-ka, el resto es historia.
Siendo el peor de ellos Jean Otus. Jean es un pésimo protagonista. Hay casos en que los protagonistas que actúan como ventana, como ojos a través de los cuales el público observa y se inserta vienen como anillo al dedo. Pero este recurso debe utilizarse con mucho cuidado y hacerse muy bien, de lo contrario este puede condenar una obra al fracaso. Y ACCA no es la obra indicada para utilizar dicho recurso y menos teniendo en cuenta el papel que debe desempeñar Jean. Desconozco si Jean es como es de forma intencional, si fue creado con la pretensión de ser meramente unas lentes que mostraran su mundo o si ha resultado ser así por casualidad, por el cúmulo de las características de la serie. La cuestión es que Jean termina siendo un espectador, un personaje absurdamente pasivo. No toma las riendas de la historia, sino que es arrastrado a conveniencia de esta. Carece de una personalidad que le dé vida y de un objetivo claro. No sabemos nada de él más allá de que fuma, no podemos empatizar con él, no podemos entender qué hace, qué piensa, qué quiere y por qué. Es una cáscara vacía. La única vez en la que vemos a Jean deshacerse de esa fachada impasible e indiferente es en el tercer episodio, cuando queda con Mauve y se pone nervioso, por desgracia este momento de gloria sólo dura unos minutos y nunca más vuelve a repetirse. Cualquier otro personaje es más interesante y funciona mejor que él, y eso que el resto tampoco está para tirar cohetes.
Mauve y Jean. |
Jean, Lilium y Pine. |
Distrito de Dowa, a lo lejos se puede apreciar el castillo. |
Casino del distrito de Yakkara. |
Por el contrario, el ending, Pale Moon ga Yureteru, opta por una melodía de piano simple y la bonita voz de Aira Yuuki dándole un tono mucho más tranquilo y melancólico, aunque algo típico dentro de la industria. Cuenta con un estilo artístico experimental, crudo y esbozado que desborda sencillez, elegancia y expresividad y hace del ending una experiencia sumamente satisfactoria. Mientras que en el último episodio, de nuevo ONE III NOTES son los elegidos para poner poner punto y final a la serie, esta vez con el encanto de su tema mucho más acertado Our Place, junto con una secuencia de imágenes que desvelan cómo han proseguido las vidas de nuestros personajes.
En síntesis, ACCA: 13-Territory Inspection Dept. es una obra muy extraña, incluso viniendo de Natsume Ono. Es un movimiento osado, que en su intento por alejarse de lo convencional no termina muy bien parado. Una historia fresca de intriga política con unas características muy diferentes y curiosas y un apartado sonoro bastante bueno, pero que desgraciadamente se pierde en un mar de mala dirección artística y estructura narrativa monótona.
Muchas gracias por leer. Todas las críticas son bienvenidas.
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