martes, 14 de noviembre de 2017

Aruku Hito | Homo viator, Iter vitae



    ¿Cuándo fue la última vez que paraste a descansar, que desconectaste de este angustioso estilo de vida y simplemente contemplaste el cielo o te tomaste un buen baño?

    De esta reflexión parte Aruku Hito, una colección de pequeñas historias que manan del mar de calma que rodean y han rodeado la obra del renombrado mangaka Jiro Taniguchi. Bajo el título de El caminante, nos embarcamos en una travesía tan peculiar como la vida misma de la mano de un oficinista de mediana edad en la que las palabras sobran.

    El mundo va demasiado rápido. Palabras como tranquilidad, calma, paz o placidez parecen extraterrestres para el hombre moderno. En el estrés del rutinario vaivén de nuestras vidas perdemos la noción de cuanto nos rodea, no queremos ni tenemos tiempo para reparar en las cosas pequeñas, en nuestro entorno. Nos hemos olvidado de vivir. Cegados por las "cosas importantes", nos encerramos en ellas, despreciando la existencia de un mundo más allá de las cuatro paredes que nos acorralan, un mundo conformado por la suma de pequeños pero no por ello insignificantes detalles y gestos, que se extiende hasta donde no alcanza nuestra vista y en el que aguardan aventuras trepidantes.

    El maestro Taniguchi capaz de acariciar el corazón del lector de la forma más íntima con su habitual y delicado carácter costumbrista y su trazo firme y minucioso nos sumerge en una clase magistral, en una enseñanza de la vida. En esta historia no necesitas saber el nombre de este curioso hombre, tampoco su ocupación laboral u otros datos triviales, porque en este paseo por los parajes de una ciudad japonesa tú eres el protagonista.



    El tono confortante con el que los capítulos se desenvuelven y el virtuosismo de Taniguchi a la hora de transmitir a través de tan sólo ilustraciones tornan el desconcierto inicial al pasar las páginas de algo tan inusual en paz mental y contemplación. Como si de un espejo de la sociedad japonesa se tratara, ofrece un retrato realista de las costumbres, características y lugares del país nipón. El caminante explora y observa todo cuanto le rodea con fascinación. Aruku Hito es una oda a la vida, a la naturaleza. A lo impredecible y emocionante de lo mundano. La belleza de un pájaro común alzando el vuelo, de pasear bajo la lluvia de una tormenta pasajera. En un arranque de espontaneidad y naturalidad, nos lleva a respirar y empaparnos en la calma y el apacible ambiente, recrearnos en preciosos paisajes, apreciar y disfrutar de la riqueza de los detalles, los sutiles tintes cómicos, la curiosidad por ver qué sorpresa puede aguardar en la siguiente esquina y, finalmente, a afrontar un nuevo amanecer con la emoción de una aventura.

    Aruku Hito tiene un atractivo difícil de describir, no hay que subestimar la sencillez. La obra de Jiro Taniguchi es un manga de sensaciones, algo que debe vivirse y conocer en primera persona, porque no es fácil capturar su esencia en simples palabras. Es una experiencia en toda la extensión de la palabra. Una totalmente diferente a lo acostumbrado. Una bocanada de aire fresco en un mundo en el que el estrés es la tónica predominante. Para aliviar nuestra asfixia, salir de la rutina. Una invitación a la reflexión. Un cambio de perspectiva que todos necesitamos y deberíamos llevar a la práctica. Un memento, un recordatorio para que no olvidemos nuestra humanidad. ¿Qué hay de bueno en presionarnos a nosotros mismos constantemente? Dedica tiempo para descubrir el placer en las cosas pequeñas y tómate la vida a tu propio ritmo, se volverá más bella. Al final, comprenderás que tú eres el caminante y la vida, el camino. Este viaje no tiene final, esto es sólo un punto y seguido. Lo que nos depara la próxima parada de la vida continúa siendo un misterio.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.