jueves, 10 de agosto de 2017

La banda sonora




'Banda sonora' es un término que abarca un terreno más amplio de lo que tendemos a pensar pues, contrario a lo que podamos creer, la banda sonora no sólo engloba la música, sino también los diálogos, los efectos de sonido e incluso el silencio. El sonido se clasifica en diegético y extradiegético.

Diegético hace referencia a los sonidos que pertenecen al mundo ficticio de la obra, cuya fuente de sonido existe dentro de la narración, desde las voces de los personajes interactuando entre ellos y la música de un concierto al que están asistiendo hasta el ruido de una alarma o el motor de un coche que pasa frente al protagonista. Mientras que extradiegético comprende aquellos sonidos (generalmente música como la que escuchamos durante una secuencia de persecución, aunque también puede ser, por ejemplo, un narrador o una voz en off) ajenos a los personajes de la obra en cuestión, que sólo el espectador percibe y cuya fuente es desconocida para nosotros.

En esta ocasión, nosotros nos centraremos en el sonido extradiegético, más concretamente en lo que se conoce como música incidental. Es decir, la música subjetiva, irrealista, de fondo, lo que nosotros solemos entender comúnmente como banda sonora. Aunque también escribiremos sobre la música accidental.

La música ha establecido una relación de simbiosis con los medios audiovisuales y se ha transformado en un componente esencial de estos, entre ellos entra, por supuesto, la industria del anime. La música dentro del anime se ha convertido en algo tan común en nuestro día a día que rara vez reparamos en ella. Quizá esto también sea producto de que atravesamos un estancamiento en el proceso creativo, a día de hoy no son muchos los directores que apuestan por lo original y arriesgarse a salir de la zona de confort y en consecuencia abundan bandas sonoras insípidas que siguen el mismo patrón y no consiguen quedarse en la memoria de la gente, hasta el punto que ni siquiera nos genera placer auditivo.

Pero lo cierto es que también hay auténticas maravillas y la música tiene un papel mucho más importante de lo que parece a simple vista. Ésta debe provocar una reacción emocional, debe ser estimulante, debe dejar una fuerte impresión, ser memorable.

De la misma forma que al mencionar Star Wars, inmediatamente cualquier persona comienza a tararear el mítico tema principal compuesto por John Williams, y también serán muchos los que recuerden la ya legendaria escena de la ducha en Psicosis, ejemplos de esto también los hay en el anime.


Pensemos en la película de 1995 dirigida por Mamoru Oshii: Ghost in the Shell. La pieza «Making of Cyborg» quizá sea la más representativa del filme. En la secuencia que abre la película observamos cómo se crea el cuerpo de la Major Kusanagi al son de la melodía y los cánticos compuestos por Kenji Kawai, un sonido mágico, que hace de esta secuencia magníficamente dirigida por Mamoru Oshii una especialmente poderosa, la dota de una mayor profundidad y misticismo... ¿Qué pasaría si le quitáramos la música? Seguiría teniendo una excelente dirección y animación, mantendría su significado, pero ¿seguiría teniendo el mismo impacto? No lo tendría.

Por el contrario, pensemos ahora en su adaptación de Hollywood, ¿recordáis algún tema? Seguramente no. La secuencia anteriormente mencionada es muy diferente en su adaptación a la gran pantalla y el mítico tema de Kenji Kawai es sustituido por una composición de Clint Mansell y Lorne Balfe, ¿os suena? Probablemente tampoco, la canción es bonita, pero sigue una estructura que ya hemos escuchado muchas veces, no tiene ningún impacto, la secuencia en conjunto no parece siquiera tener algún valor especial como en la versión original de 1995. Si quitáramos la música, no habría mucha diferencia.

Otro ejemplo seguramente más popular sea Fairy Tail. Su anime no destaca en muchas cosas buenas, excepto en su banda sonora.  Cualquiera de las canciones de batalla son excitantes, no importa cuántas veces sean escuchadas y que todas las batallas sigan el mismo patrón haciéndolas muy predecibles, dichas canciones siempre provocan una reacción emotiva, es inevitable entusiasmarse. Cuando un combate parece imposible, que todo está perdido y, de repente, comienza a sonar el tema principal de Yasuharu Takanashi y Natsu sonríe, dispuesto a darlo todo por su gremio, ¿qué pasaría si quitáramos a la tan famosa escena de power up su característica música? ¿Sería tan impresionante, tan emocionante? La respuesta es, de nuevo, un rotundo no. Entonces, profundicemos un poco más en algunos aspectos de la música...

ESTÉTICA Y AMBIENTACIÓN



Con frecuencia, la banda sonora desempeña la función de crear una atmósfera que envuelva la obra, es decir, de ambientación. Dependiendo del carácter de una obra, será o no clave que la música se adapte a lo que esta requiera en cuanto a ritmos y textura, entre otros elementos, se refiere. Este es un papel de vital importancia, especialmente en los títulos de corte histórico o incluso fantástico, siendo que para dotarlos de una mayor verosimilitud se seguirán unos patrones y códigos u otros para recrear el ambiente y situar al espectador en el espacio y tiempo en que se desarrolla la acción.

Esto también permite alcanzar una estética determinada que proporciona una mayor unidad y cohesión a la obra como conjunto al ser tamizada y enmarcada por la música, adquiriendo un tono general que establece una relación armoniosa con los elementos estéticos visuales.


Un modelo de lo comentado bien podría ser Baccano!, un cóctel de mafias, la ley seca, ladrones, alquimia y trenes que tiene lugar en la América de la Prohibición, en el que la impresionante banda sonora compuesta por jazz tradicional, swing y big band pone la guinda e introduce al espectador de lleno en los felices años veinte. Sakamichi no Apollon, un anime musical con escenario en los años sesenta que se sirve principalmente de The Beatles y artistas de jazz de la época como John Coltrane y Art Blakey & The Jazz Messengers para ambientar y dar credibilidad a la obra. Shōwa Genroku Rakugo Shinjū, con escenario en Japón durante la era Shōwa, la transición en la música describe sutilmente el paso del tiempo, del tradicionalismo que imperaba a comienzos de siglo a la occidentalización del Japón de la posguerra. Y también Mushishi y Serial Experiments Lain.

Pero no siempre deben cumplirse este tipo de casos. Samurai Champloo rompe con esto al ser más bien una serie cómica de estilo sobre sustancia, dominando el hip-hop sobre la música tradicional japonesa propia del período Edo en el que se ambienta, un choque entre pasado y presente que tiene un resultado espectacular.

La música tiene la cualidad de añadir realismo a la irrealidad de la pantalla y transportar al espectador al mundo recreado en la ficción.

LEITMOTIV



El leitmotiv como concepto nació con el compositor alemán Richard Wagner y se ha ido moldeando hasta adoptar la forma y significado con los cuales lo conocemos hoy día. El leitmotiv, dentro del ámbito musical, consiste en una melodía asociada a un personaje, objeto, acción o incluso lugar que se va repitiendo a lo largo de la obra, evocando una idea fija. Así, no sólo actúa como un elemento artístico, sino que también puede usarse como una herramienta narrativa y es una práctica cada vez más común en los medios audiovisuales.

Un ejemplo de motivo conductor relacionado con una acción es el tema «Devil Created» que suena cada vez que Lelouch usa el Geass en Code Geass. Pero lo que más abundan son aquellos que hacen referencia a un personaje y para ello nos serviremos de la cuarta parte de JoJo's Bizarre Adventure como ejemplo.

El caso de Diamond is Unbreakable es muy ilustrativo, más concretamente el de su antagonista: Kira Yoshikage. Él posee sus propios temas musicales, que están estrechamente vinculados entre ellos y con la personalidad del personaje. La primera vez que escuchamos el tema «Killer» es con la aparición de Kira en el anime y, a partir de este momento, su repetición significa que él va a mostrarse o marca el suceso de un hecho que tiene relación con él y el espectador reconoce esto instantáneamente.


De la misma forma que Kira va sufriendo cambios a lo largo de la serie, los temas asociados a él acompañan esta evolución. El leitmotiv tiene la facultad de caracterizar y revelar información de la dimensión psicológica del personaje. Todos los leitmotiv de este personaje comparten un patrón, van sumando significados y evocan la pérfida naturaleza de Kira Yoshikage.

«Killer» comienza con suavidad y tranquilidad, como la vida que Kira desea y lleva, va adquiriendo un tono misterioso, que se torna siniestro, dándonos una pista de lo que nos depara la presencia del personaje. «Another face, same mind» recoge esa melodía y comienza a crecer, degenerándose gradualmente hasta rozar lo obsesivo, reflejando así la atroz personalidad que se esconde tras la fachada llena de calma del antagonista, muestra un Kira Yoshikage a punto de perder la cordura, que ve cómo se derrumba la plácida vida que había intentado construir y la bestia que guardaba dentro rompe sus cadenas.

Desempeñan así una función narrativa, estrechando el lazo entre la música y el argumento y abriendo la posibilidad de crear un «guión musical».

Pero... ¿debe siempre el tono de la música incidental coincidir con el carácter de la escena?

DISONANCIA Y ANEMPATÍA



La música empática es la tendencia general. No obstante, el abanico de opciones es más amplio. Un interesante, a la vez que muy delicado, recurso es la disonancia. En el contexto que nos ocupa, la disonancia musical implica ir en contra de la narración y las imágenes mostradas, provocando una reacción opuesta a lo que éstas parecen sugerir. Lo cual nos lleva a la música anempática, que añade un significado externo a la narración, es decir, incorpora otro significado al que insinúa la escena.

Entre los ejemplos de este recurso en el formato animado figura The Order to Stop Construction, un corto dirigido por Katsuhiro Ōtomo como parte de la antología Neo-Tokyo. En esta ocasión, Ōtomo se sirve cada mañana del clásico atemporal «Morning Mood» de Edvard Grieg. Una melodía apacible que pone contrapunto irónico a la desesperante situación del protagonista, enfrascado en una monotonía ante la que se muestra impotente y que gradualmente lo lleva a la locura, reforzando el carácter satírico de la obra.

Pues la música puede tener la capacidad de encaminar y señalar desde qué perspectiva emotiva debe el público observar la imagen y, si fuera necesario, indicar que la escena sea abordada desde un punto de vista más objetivo, más desapasionado, como es el caso del segundo corto de la antología Memories. En Stink Bomb, el alegre y desenfrenado jazz desempeña una función narrativa, guiando al espectador para evitar que se tome esta comedia negra con seriedad, provocando la risa en la audiencia frente a los infortunios que el protagonista causa y sufre.

Otro título que juega bastante con la disonancia, pero de un modo y con unos fines más dramáticos, es Evangelion en todas sus entregas. Calma frente a movimiento. En Rebuild 2.0, Gendo activa el Dummy System del EVA 01, que destroza el EVA 03 poseído por un Ángel con Asuka dentro al son de una melodía optimista, haciendo de esta secuencia una más horripilante y trágica si cabe, pero a la vez la delicadeza de la música provoca un distanciamiento del espectador respecto a la acción.

Sin embargo, no todas las obras tienen la suerte de contar con un amplio repertorio musical, entonces...

EL SER LIMITADO... ¿ES MALO?



El tener una banda sonora limitada no es precisamente malo. El auténtico valor de una banda sonora musical dentro de una obra no depende enteramente de la variedad y número de canciones que posea, ni de la calidad individual de éstas. Si no del trabajo conjunto entre las personas involucradas en el proyecto, desde el compositor al director de sonido pasando por los encargados del diseño de sonido, los productores y el director de dicho título.

El verdadero potencial reside en su uso, en cómo la personalidad de la música se implementa a la historia, se entrelaza con la trama, se funde con la escena y el valor que le añade a ésta...

Curioso es el caso de Berserk, cuya serie de 1997 cuenta con tan sólo 34 minutos de música incidental (11 piezas incluyendo las canciones de apertura y cierre) para sus 25 episodios de extensión frente a sus recientes adaptaciones de 12 capítulos, las bandas sonoras de las cuales ascienden a 23 títulos.

Las bandas sonoras de la trilogía cinematográfica y las series de 2016 y 2017 compuestas principalmente por Shirō Sagisu, aunque sólidas y variadas, están muy lejos de alcanzar la maravilla que creó Susumu Hirasawa en 1997. A diferencia de las últimas entregas, Kenpū Denki Berserk con su pequeña y experimental lista de canciones de corte medieval y folclórico logra crear una armonía singular que comprende el significado de Berserk, recoge la esencia de la historia y la reproduce de una forma frenética, interesante y fresca.


No sólo es buena de forma independiente, sino que también es memorable, sutil e íntima, tiene una personalidad y naturaleza únicas que conectan a la perfección con una obra que se apoya mucho más en los personajes y se traduce en una mayor fluidez e impulso emocional. Porque Berserk no se limita a ser sólo violencia desmedida. La ominosa y persistente «Behelit», que parece advertir de la inminente tragedia que se avecina a medida que el sueño de Griffith está más cerca. «Guts», un tema personal, evocador, devastador, sereno y contemplativo, la personificación del personaje al que hace honor su nombre, un hombre trágico que ansía venganza, que todo lo que ha conocido ha sido dolor, rabia, sufrimiento, una suave melodía que choca con la faceta de mercenario sanguinario de Guts y revela una naturaleza reflexiva y vulnerable. La angustiosa y abrumadora «Murder», que representa el horror, la cada vez mayor tensión, el descenso al caos... Cada tema encierra los sentimientos de los personajes, nos transporta a sus mentes y subraya el impacto que cada experiencia tiene en ellos.

Dada su escasa variedad, las canciones se usan reiteradamente, pero de una forma tan efectiva que su presencia siempre coincide con el momento adecuado y hacen que este cale mucho más hondo, llevan la escena a otro nivel, le añade un valor emocional y una profundidad mucho mayores, ya sea el soliloquio de Griffith sobre qué significa para él ser un amigo, la sobrecogedora hoguera de sueños o el desgarrador Eclipse.

Dicho esto, ¿la variedad y cantidad de canciones en una banda sonora lo es todo? Kenpū Denki Berserk y Susumu Hirasawa demuestran que no lo es en absoluto, la brecha entre la banda sonora de una y otras adaptaciones deja muy claro cómo la forma de entender una obra puede afectar a esta, cómo la apenas media hora de música de 1997 tiene más peso, más valor que la hora y cuarto de 2016.

Pero tampoco el sonido lo es todo en el medio y es que la constante presencia de la música en los medios audiovisuales ha fomentado el uso del silencio como sonido expresivo...


Pero el silencio, además de subrayar emociones, también puede desempañar una función estética. Un caso muy ilustrativo es Texhnolyze, pues está construido fundamentalmente alrededor de la ausencia de sonido y su uso del silencio quizá sea uno de los más impactantes.

Cuando después de tantos episodios agonizantes, los personajes llegan por fin a la superficie y descubren lo que realmente les espera fuera de Lux, lo que para ellos era una utopía se convierte en una distopía de pesadilla. Un escenario apacible, campos verdes se extienden hacia el horizonte y el sol siempre brillando en el cielo. Pero es un mundo sumido en un silencio desolador, silencio que crea una atmósfera tétrica y hace énfasis en que no hay vida allí, tan sólo espera la muerte, tanto física como psicológicamente. Y es que el silencio puede ser tan narrativo y armónico como la misma música.

Ahora, ¿sigue pareciendo lo que conocemos como 'banda sonora' algo tan banal, de tan poca importancia a la hora de crear y evaluar una obra en los medios audiovisuales como el anime?

¡Muchas gracias por leer! Todas las críticas son bienvenidas.

Este blog puede ser leído junto con el resto de aportaciones de los miembros de Passione aquí:  http://aminoapps.com/page/anime-es/2322820/la-banda-sonora

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