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sábado, 13 de mayo de 2017

Short Thoughts | Final de ACCA: 13-ku Kansatsu-ka

El anime de ACCA: 13-ku Kansatsu-ka nos lleva al reino de Dowa, el cual está dividido en 13 distritos. Dejados atrás los conflictos del pasado, fue instaurada la ACCA, una institución ajena al gobierno central cuyos dominios se extienden hasta todos los distritos y especialidades y actualmente estos distritos disfrutan de autonomía e independencia. Al mando de dicha organización están la directora general Mauve y los Cinco Jefes (Lilium, Spade, Grossular, Pine y Pastis). Con el propósito de velar por el orden de este dispar reino, se creó el Departamento de Inspección, dentro del cual Jean Otus, el protagonista, es el segundo al mando.

Este año el monarca cumple noventa y nueve años y todo el reino está enfrascado en la preparación del festejo. Aprovechando el ajetreo, los rumores de que la salud del rey está empeorando, lo que implica que pronto el príncipe Schwan será quien ocupe el trono y que un inminente golpe de Estado acecha son sembrados. La inquietud comienza a aflorar. Los Cinco Jefes deciden tomar cartas en el asunto y asignan a Jean la misión de inspeccionar los 13 distritos a la par que investigar el rumor, pero lo que él desconoce es que esta tarea lleva unos motivos ocultos y todas las sospechas recaen en su persona. A partir de este momento el argumento de la serie comienza a girar alrededor del golpe de Estado y todo se construye a su alrededor, dependiendo fundamentalmente de la intriga política. 


No es necesario estar muy familiarizado con el mundo de ACCA para imaginar que no habrá mucha acción ni violencia. Lo único que te dicen es que va a haber un golpe de estado, es más, lo repiten hasta la saciedad: va a haber un coup d'Etat y Jean tiene todas las papeletas para ir a la cabeza, pero ¿cómo piensan ejecutarlo? Quién sabe, nunca nos dicen nada al respecto de cómo se va a llevar a cabo.

Dada la actitud tan relajada de Jean, el convertirse en rey parecería un atentado contra su forma de ser, pero realmente no es una idea tan descabellada. Al fin y al cabo, se descubre que no sólo es de sangre real, sino que además es el primero en la línea de sucesión y una persona respetada. A diferencia de Schwan, a quien los ciudadanos no tienen en gran estima y en su lugar les preocupa lo que les pueda deparar la gestión del príncipe en el futuro. Pues se nos muestra que Schwan es sólo un crío que no ve más allá de su propia nariz, que desea desmantelar la ACCA por puro capricho, nunca se ahonda en el personaje ni en sus motivaciones. Por si fuera poco, todos los personajes se pasan los episodios empujando y presionando a Jean para que acceda a sentarse en el trono para preservar la paz y el orden en el reino que sólo la organización puede garantizar y puesto que nunca sabemos qué está pensando, no muestra ninguna emoción, no conocemos las razones detrás de sus actos, tampoco sería de extrañar que lo terminara haciendo... Y a todo esto se le suma el detalle de los cigarrillos que los jefes de cada distrito le van dando a Jean durante sus visitas como señal de apoyo al golpe. En definitiva, la escasa información que es suministrada al espectador no hace sino avivar aún más la idea de que la revolución acabará ocurriendo de una manera u otra.

Y llegamos al "clímax", por llamarlo de alguna forma porque ACCA no tiene clímax. Durante el acto público, en el escenario aparecen como unos veinte militares armados y rodean al príncipe. Lilium da un paso adelante y comienza a decir que esto es un golpe de estado. Nadie reacciona. La gente se apunta a un bombardeo. ¿Que hay un golpe de Estado? Nice! Espera que me uno. ¿Que ahora resulta que eso era una farándula y hay un golpe dentro del golpe? Oh, genial, ¿dónde firmo? Mauve interviene, la insurrección es sofocada y aplastada. Todo ha ido de acuerdo al plan, pero... ¿qué plan? Después del discurso de la directora general en el que desvela que esto había sido una farsa para justificar que la ACCA es necesaria para el reino y que ellos quieren proteger a la familia real, los militares se retiran educadamente. No hubiera sido raro que le dieran una cestita como disculpa por las molestias al príncipe. Todo esto va sucediendo con una indiferencia casi alarmante. Los únicos desconcertados son Lilium, el príncipe Schwan y nosotros, los espectadores. Y la reacción de los hermanos de Lilium es: "Esto no estaba en la hoja de ruta, ¿verdad?".

Toma un viraje que tira por la borda toda tensión y credibilidad y coge por sorpresa a una amplia parte de la audiencia. Pues toda deducción que hubiera podido ser creada a partir de esas pequeñas pistas que se filtraron en los anteriores episodios resulta estar completamente alejada de lo que verdaderamente termina ocurriendo.


El príncipe que tanto anhelaba la disolución de la ACCA, acepta la existencia de esta sin más. Pero lo que es más, el heredero en realidad ni siquiera era visto como una amenaza para la organización, sino como una herramienta que utilizar para favorecer la imposición de la misma.

La directora Mauve tan sólo aparece un poco en los primeros tres episodios y de forma fugaz en los últimos. Supuestamente había llevado a cabo una investigación sobre Furawau y había planeado al detalle todo esta representación teatral. Idea una confabulación para tender una trampa a Lilium y lo hace quedar en ridículo. De lo cual el espectador no sabía nada, porque no sueltan prenda. No nos dan indicios que nos permitan hacer conjeturas con una base, ni augurar lo que se acerca.

Apenas se nos habla sobre el distrito de Furawau, sólo conocemos de forma superficial al jefe Lilium y la posición influyente de su familia. Podemos ver que es una persona manipuladora y con ansia de poder, que desea tener al reino en la palma de su mano y mover los hilos a sus anchas. Pero... ¿todo esto resulta ser para pararle los pies a este hombre? Si tanta amenaza supone Lilium, ¿pueden permitirse involucrar a toda la organización en el plan y ejecutarlo en público de forma tan despreocupada? Básicamente sigue la línea de que mientras menos se sepa del plan, mayores son las probabilidades de que este sea ejecutado con éxito. No se desprende ni el más mínimo fragmento de información sobre la intención de Mauve, ergo todo marcha como la seda.

Al final quien creía (y creíamos) ser el manipulador resulta ser el títere.


En el tercer episodio nos mostraban que Suitsu es un distrito cerrado, controlado por la aristocracia y obsesionado con mantener su genuinidad y preservar sus tradiciones. Lo que da lugar a un meticuloso control y una fuerte represión social que no hacen más que anular la libertad de sus habitantes y alimentar el descontento de estos, desembocando en numerosas revueltas e intentos de golpe de estado. En el último episodio, se nos menciona que han decidido organizar las primeras elecciones democráticas de la historia del distrito, ¿por qué ahora se decide de la nada que haya elecciones? Para empezar, ¿por qué estaba este distrito estaba sumido en una dictadura? ¿Por qué justo ahora después de tanto tiempo? Oh, sólo tienes que mirar estas vistas, es la respuesta de Pastis, jefe del distrito.

Lotta, la hermana de Jean, va a visitar a la primera princesa, habiendo esta última enviado a unos sicarios bastante patéticos para que la asesinaran en el episodio nueve. ¿La razón? Porque era la hermana de la madre de Lotta y se supone que había pedido perdón.

Y finalmente se desvela con sutilidad que el misterioso guarda de la princesa, Abend, que había estado orquestando desde las sombras era Owl, el jefe de Jean, quien sólo había tenido unas brevísimas apariciones.


Se pone término al conflicto principal en cuestión de minutos con un giro inesperado que no satisface ni cumple con las expectativas que había creado. Y dos tercios del episodio es un epílogo que busca de forma desesperada atar todos los cabos y forzar un final feliz para todos. O más bien para los "buenos". Se soluciona todo de una forma para nada plausible. La voz en off de Nino nos narra en un par de líneas que todos los personajes después del "gran" suceso fueron felices y comieron perdices. Un final excesivamente idealizado, conveniente y anticlimático, razones de más por las que también fue bastante repentino y que cae en numerosos tropos hasta concluir finalmente en statu quo ante bellum y te hace plantearte si verdaderamente mereció la pena este periplo que tanto parecía prometer y tan poco terminó ofreciendo.

Esta entrada podría considerarse una ampliación de lo anteriormente comentado sobre la serie en mi otro blog: Un thriller sin emoción | ACCA: 13-ku Kansatsu-ka.
Además, este blog también puede ser leído aquí junto con las partes correspondientes de mis compañeros de Monogatari Night: http://aminoapps.com/page/anime-es/4814692/finales-inesperados-del-anime

domingo, 9 de abril de 2017

Un thriller sin emoción | ACCA: 13-ku Kansatsu-ka

 Buenos días y bienvenidos a un nuevo blog de mi autoría en el que escribiré sobre una serie reciente de la temporada de Invierno 2017, que fue ignorada por una amplia mayoría, mientras que despertó curiosidad y miedo por igual en muchos otros, entre los que me incluyo.

 El anime en cuestión es ACCA: 13-ku Kansatsu-ka. Es la adaptación animada del manga homónimo de la mangaka alternativa Natsume Ono por parte del famoso estudio Madhouse. Si no hubiera sabido este hecho, probablemente no le hubiera dado una oportunidad a la obra. Sin embargo, tampoco me convencía esta combinación de Ono y Madhouse, me daba mala espina, pero decidí darle el beneficio de la duda, pues podría salir algo curioso de ella.


 Nos situamos en Dowa, un reino ficticio de apenas 100 años de antigüedad dividido en 13 estados. Fue formado tras alcanzar un consenso entre los disímiles estados que lo conforman después de ciertos conflictos que llevaron a que estos asestaran un golpe de Estado contra el hasta entonces gobernante. Dichos sucesos quedaron atrás en el tiempo y para evitar que estos volvieran a suceder se tomaron ciertas medidas. Ahora los 13 estados gozan de autonomía e independencia y pese a sus diferencias conviven en concordia unificados bajo la bandera del reino de Dowa. Y fue fundada una poderosa organización no gubernamental con el propósito de proveer servicios a los territorios: la ACCA, cuyas muchas filiales ocupan todo tipo de especialidades. En pos de mantener el control de sus muchas sucursales y de velar por la seguridad y tranquilidad del reino, fue fundado el Departamento de Inspección, donde nuestro protagonista, Jean Otus, es el segundo al mando. Los altos estratos de la ACCA están compuestos por la directora general Mauve y la figura de los Cinco que consta de los jefes de cinco distritos y que se encargan de determinar las decisiones y el rumbo que tomará la organización. Actualmente el reino de Dowa disfruta de un período pacífico y la peculiar silueta de un pájaro que simula su geografía se ha convertido en el símbolo de la ACCA y la paz que esta ha traído.


 Pese a la situación favorable que presenta, surgen varios problemas. Dada la serenidad que predomina en estos tiempos, se lanza al aire las siguientes preguntas: ¿realmente sigue siendo necesaria la existencia del Departamento de Inspección?, ¿no debería, pues, ser disuelto? Con el fin de ahorrar presupuesto, los Cinco dictaminan su disolución, pues ya ha perdido su utilidad. Con esto, peligra el puesto de nuestro protagonista y de muchas otras personas. Paralelamente, todos los ciudadanos se encuentra volcados en la celebración del nonagésimo noveno cumpleaños de su rey. No obstante, en medio de este revuelo comienza a despertar la inquietud, que da paso al conflicto principal alrededor del cuál girará la obra. La hasta entonces calma que reinaba en Dowa parece estar en peligro con el aparente deterioro en la salud del rey Falke II y la inminente sucesión al trono del no muy apreciado príncipe Schwan. Comienza a correr el rumor de un nuevo golpe de Estado, este llega hasta las altas esferas y todos las miradas señalan a Jean.

 ACCA: 13 nos presenta una premisa, cuando menos, atractiva para un sector específico del público y es que es inevitable que no llame la atención a aquellos que se encuentran hartos de tantas obras dirigidas al público otaku conformista que giran siempre alrededor de los mismo temas y que no se atreven a salir de ese círculo vicioso. Su escenario recuerda a los antiguos imperios, grandes y poderosos que por dentro se caían a pedazos en su intento forzado de mantener unidos a tan desemejantes pueblos bajo un misma bandera. Conspiraciones, intrigas políticas, golpes de Estado, la disconformidad y la tensión palpables por los choques de intereses... En los últimos años, rara vez hemos tenido el placer de presenciar la emisión de un nuevo anime que parta con una premisa que dé tanto juego como esta. ACCA es una propuesta llamativa que rompe la norma y se sale de lo convencional, del estancamiento que sufre la industria, una apuesta interesante que se arriesga para hacer algo diferente. Al fin y al cabo, quien no arriesga no gana. Pero esto no quiere decir que ACCA haya ganado automáticamente. Ni mucho menos. Ciertamente, tenía todo el potencial para convertirse una buena y memorable obra, ¿pero realmente logra estar a la altura?

Jean Otus y su hermana pequeña Lotta.
 Es innegable que parece interesante y promete frescura. Sin embargo, no inicia con muy buen pie y ya en los primeros veinte minutos empieza a oler a chamusquina. En un confuso primer episodio lleno de diálogos algo pesados con el objetivo de presentar su mundo y generar interés en el espectador, el primer problema expuesto es resuelto gracias a que Jean destapa un caso de corrupción en uno de los cuarteles de ACCA, lo que hace que los Cinco vuelvan a replantearse su decisión y finalmente opten por retractarse, no sin antes multiplicar la pila de trabajo que el departamento debe realizar. Esto da paso al supuesto tema primordial de la serie: el golpe de Estado. Los trabajadores se mueven inquietos y las grandes personalidades ponen en marcha sus planes de investigación. Por una parte, Jean recibe por parte de los Cinco la orden de realizar inspecciones en todos los distritos y comprobar así la veracidad del rumor. Mientras tanto Grossular, uno de los Cinco Jefes, envía un espía que siga los pasos de Jean, pues se cree que él puede ser el intermediario del ataque. Y simultáneamente, la directora Mauve decide investigar por su cuenta para llegar a la raíz del problema, aunque le será prohibido.

Lo que hace diferente a ACCA es que prefiere un acercamiento atípico y se aleja de caer en la violencia al abarcar este tema. Desde el principio podemos prever que si sucede el tan comentado golpe de Estado, no acabará en un baño de sangre y un festín de cuervos, pues no casa en absoluto con el tono de la obra. Es la incertidumbre que esto siembra y las muchas contradicciones que presenta el primer episodio lo que llama mucho la atención y despierta la curiosidad por ver cómo se las apaña para ejecutar bien su premisa y darle un buen final a ese embrollo. Con esto parece abrirse el camino al golpe de Estado y uno creería que nos embarcaríamos en un peculiar y profundo thriller, en un apasionante viaje de intrigas en el que se irían desentrañando los misterios hasta culminar de forma sorprendente en la esperada revolución.

Los Cinco Jefes. Empezando por la izquierda: Lilium, Pastis, Pine, Spade y Grossular.
 Pero en su lugar acompañamos a Jean en un periplo por el reino. Vamos visitando todos los distritos y ACCA adquiere así un toque de slice of life que le confiere gran cotidianidad, pero también un tono demasiado despreocupado para los temas que abarca. Establece una muy buena atmósfera y nos muestra un mundo dispar y maravilloso digno de ser examinado, este es probablemente el aspecto que más haga a uno disfrutar. Pero lamentablemente tiende a hacer esto de forma superficial y apresurada, pues quiere abarcar mucho y termina concentrando mucha información en un lapso de tiempo reducido, recurriendo en exceso a la exposición de forma torpe y muchas veces innecesaria. Durante esta exploración se sigue la misma fórmula y dinámica, que sólo es alterada en el décimo episodio cuando Jean acude al distrito de Pranetta, que da un pequeño soplo de aire fresco a la monotonía de ACCA, mostrándonos escenas bastante superiores y diferentes a lo que la serie nos tenía acostumbrados.

Presta más atención a la construcción y presentación de su mundo y esto no es algo malo, pero provoca que se descuide el hilo narrativo, haciendo que la serie pierda el foco principal y se desvíe de su camino, dando vueltas sin un rumbo fijo. Con el paso de los episodios, no ocurre nada, no es fascinante y comienzan a saltar las alarmas. El que una serie lleve un ritmo pausado no es un contra, tampoco lo es que no suceda nada especial. Ahora bien el problema es que ACCA es una obra que se cuece a fuego lento, pero lo hace tan lento que no se termina de cocer. No ocurre nada, pero es que DEBERÍA ESTAR PASANDO ALGO. Parte con una premisa muy intrigante... que es ejecutada de una forma deplorable. Las escenas de comida, que originalmente eran en pro de proporcionar un descanso de tanta cháchara formal, lo que hacen de hecho es perjudicar a la serie y al ritmo de esta. Durante cada episodio se desperdicia una gran cantidad de minutos mostrando planos de panes y dulces y hablando de ellos. Que si pan de Dowa, que si galletas danesas, pero... ¿y el golpe de Estado qué? Sí que son detalles bonitos y visualmente son una gozada, pero menos comida y más hablar de lo que verdaderamente nos concierne. Finalmente lo único que te mantiene siguiendo el anime es el desasosiego que produce el mal ritmo de este.

Nino, Lotta y Jean.
 ACCA tiene momentos bastante buenos. Nos brinda escenas que quitan el aliento como el final del noveno episodio, en particular la escena en que Lilium agarra del pelo a Grossular. Es una belleza, supone una extraordinaria y bonita vuelta de tuerca, descubriéndonos la humillación que está sufriendo Grossular y que quien en realidad manejaba los hilos desde arriba era Lilum. Aún así esto no compensa la pesadez del anime y su abundancia de malas escenas por doquier. Y es que por ejemplo en ese preciso episodio, tiene lugar una de las secuencias de escenas más patéticas de la obra: el intento de secuestro y asesinato a Lotta por parte de los sirvientes de la primera princesa.


 Hablaba anteriormente del giro que supusieron los últimos minutos del episodio nueve, este giro argumental es bueno porque es ingenioso, aprovecha el aura de misterio que envuelve a los dos jefes para sorprendernos de forma que resulte verosímil y calienta motores para llegar al clímax. En contraste con este, está el final. El último episodio es un plot twist de dimensiones titánicas, pero a diferencia del otro, este es malo y desmesurado. Una serie, o más bien un plot twist, inteligente no es esa en la que durante todo el trayecto crees que va a ocurrir cierta cosa, pero en el último minuto pasa algo completamente impensable y te sueltan el rollo de que todo estaba preparado desde el principio sin haber dejado ninguna pista por el camino. Viendo la atmósfera de la serie se veía venir que no seria un golpe de estado violento y sangriento, mas no que terminaría haciendo un viraje tan ridículo. Las escasas conclusiones a las que el espectador puede llegar a través de los ínfimos detalles que se filtran a lo largo del anime son destrozadas en el último episodio. ACCA no tiene clímax. Tira por tierra la tensión que había logrado construir a duras penas, todo se soluciona en dos minutos de forma excesivamente conveniente en el desesperado afán de dar cierre por completo a la montaña de problemas que se habían ido planteando. Luego te sueltan la chapa de que todo había sido una farsa planeada desde el comienzo y de la que todos eran conscientes para hacerles probar de su propia medicina a los de Furawau, precisamente a Lilium, que acaban siendo los malos de la película así porque sí, mientras que los demás quedan como las buenas y generosas almas que sólo desean la paz en el reino y dispuestas a perdonar las vidas de los traidores de Furawau cuando algún día vuelvan arrastrándose. Y es que Furawau se separa del reino y se lleva sus fuentes de recursos con él, pero oh, casualmente se encuentra petróleo en Pranetta, por lo que el reino ya no debe depender de los recursos del adinerado distrito de Lilium. Un final pésimo e inverosímil sobre el cual me extiendo un poco más en mi otra entrada Short Thoughts | Final de ACCA: 13-ku Kansatsu-ka, el resto es historia.


 Y esto nos lleva al problema principal de la serie. Sin ninguna duda, lo que termina de sentenciar a esta obra a la mediocridad/a ser catalogada como mala son sus personajes. ACCA cuenta con un amplísimo elenco de personajes, pero es malo hasta decir basta.

 Siendo el peor de ellos Jean Otus. Jean es un pésimo protagonista. Hay casos en que los protagonistas que actúan como ventana, como ojos a través de los cuales el público observa y se inserta vienen como anillo al dedo. Pero este recurso debe utilizarse con mucho cuidado y hacerse muy bien, de lo contrario este puede condenar una obra al fracaso. Y ACCA no es la obra indicada para utilizar dicho recurso y menos teniendo en cuenta el papel que debe desempeñar Jean. Desconozco si Jean es como es de forma intencional, si fue creado con la pretensión de ser meramente unas lentes que mostraran su mundo o si ha resultado ser así por casualidad, por el cúmulo de las características de la serie. La cuestión es que Jean termina siendo un espectador, un personaje absurdamente pasivo. No toma las riendas de la historia, sino que es arrastrado a conveniencia de esta. Carece de una personalidad que le dé vida y de un objetivo claro. No sabemos nada de él más allá de que fuma, no podemos empatizar con él, no podemos entender qué hace, qué piensa, qué quiere y por qué. Es una cáscara vacía. La única vez en la que vemos a Jean deshacerse de esa fachada impasible e indiferente es en el tercer episodio, cuando queda con Mauve y se pone nervioso, por desgracia este momento de gloria sólo dura unos minutos y nunca más vuelve a repetirse. Cualquier otro personaje es más interesante y funciona mejor que él, y eso que el resto tampoco está para tirar cohetes.

Mauve y Jean.
 Pero, por suerte, hay excepciones. Por un lado, está Nino. Es un personaje bastante mejor construido que su amigo Jean. A diferencia de su amigo, el trasfondo con un toque dramático que se le da a Nino justifica su comportamiento y nos permite empatizar más con él, su personalidad se va definiendo a lo largo de la serie, experimenta un desarrollo bastante satisfactorio y es capaz de moverse por su cuenta, ya sea siguiendo las órdenes de su jefe o a su propio corazón. Además de que sus interacciones con Jean nos regala escenas en las que podemos ver a un Jean más natural, menos apático, lo cual es un plus. Por otro lado, están Mauve, Grossular y Lilium. Estos son la mar de interesantes, tienen personalidades marcadas y unas motivaciones más o menos claras, especialmente los dos últimos, que participan de forma algo más activa en la trama y nos deleitan con algunas escenas impresionantes. Sin embargo, los tres son terriblemente desaprovechados, lo cual es una pena. Sobre todo Lilium, que con el desarrollo de los acontecimientos se consolida como el personaje más intrigante de toda la serie, un hombre manipulador e inteligente con un carisma aplastante. Tiene unos objetivos definidos, anhela el poder del reino en las manos de su pueblo y, pese a su personalidad calmada, en el último episodio derrocha expresividad, pudiendo la audiencia sentir su sorpresa, su incredulidad ante los hechos y su enfado. Es todo un espectáculo verlo en acción y podría haber dado más de sí.

Jean, Lilium y Pine.
 De los demás personajes sabemos entre poco y nada. Son utilizados como plot device en pro de llegar a algún punto y una vez llegados a dicho punto, los personajes son desechados. El príncipe Schwan es un mocoso egoísta e ignorante sin ningún motivo que explique su comportamiento y cuya única finalidad es ser un mal aspirante al trono porque sí para favorecer el apoyo al golpe de Estado y a Jean. De los Cinco, Spade, Pastis y Pine son desperdiciados, no hacen prácticamente nada. Sólo están por estar. Todos los personajes femeninos, excepto la ya citada Mauve, son desastrosos, su único propósito para existir es ser un elemento bonito que sirva de alivio cómico hablando de comida o bien de intereses amorosos que son completamente innecesarios y no tienen ninguna relevancia para la serie. La comedia no es especialmente buena y muchas veces acaba siendo anticlimática. Son totalmente olvidables. Están ahí de decoración. Son insípidos y no podemos conectar con ellos. 

Distrito de Dowa, a lo lejos se puede apreciar el castillo.
 El apartado técnico no es muy destacable. En lo que respecta a la animación, esta tiene tiene sus altibajos —más bajos que altos— no es fluida y la mayor parte del tiempo los movimientos se sienten muy rígidos, provocando cierto grado de incomodidad. Abusa de imágenes estáticas y se pierden los detalles, siendo el último episodio el culmen de la mala animación. Como anime fracasa, desaprovecha el dinamismo que ofrece este medio, relegando todo el peso a la narrativa y perjudicando enormemente al ritmo de la serie. Si bien algunos personajes cuentan con diseños un tanto estrafalarios, el diseño de personajes en general está bastante bien y es de lo más variado. Se hace un trabajo muy bueno al trasladarlo al anime, sufriendo ligeras mejoras que hacen que sea una obra más accesible visualmente hablando. La paleta de colores escogida es llamativa y, al principio, desconcertante especialmente en lo que a personajes se refiere, pues no parece casar con la sinopsis de la serie. Pero resulta ser bastante grata y aporta un toque fantasioso, lo cual no implica que sea muy acertada, pero sí que le da un matiz muy diferente y personal. Por otro lado, los fondos de la mano de Studio Pablo (nada conocido en la comunidad, pero que nos ha brindado maravillas como son los escenarios de Aku no Hana) son magníficos, muy cuidados y detallados y producen una sensación de acuarelas; al tener un mundo tan rico y variopinto, ACCA consigue explotar este apartado bastante bien.

Casino del distrito de Yakkara.
 En cuanto al apartado sonoro, el OST no es muy amplio, no obstante, es sorpresivamente bien utilizado, agradable y sutil. Se mantiene siempre en segundo plano, nunca toma mayor protagonismo, actuando como un delicado aderezo que logra ambientar de forma espléndida las escenas, haciendo la obra más placentera. Shoji Hata, el director de sonido, es un hombre muy competente y con mucha experiencia y proporciona a ACCA un acabado de gran calidad a nivel auditivo. Los actores de voz hacen un muy buen trabajo y consiguen compensar parte de la pobre caracterización de los personajes pese a que sus papeles no les ofrezcan oportunidades que les permitan sobresalir mucho. La canción de apertura, Shadow and Truth, interpretada por el grupo japonés ONE III NOTES es asombrosamente cañera. Combina rap, una voz femenina "auto-tuneada" y una instrumental de lo más pegadiza y es acompañada por una producción artística de infarto con una estética preciosa y cuyas transiciones tienen una fluidez y espontaneidad envidiables. Y esta curiosa jugada les sale increíblemente bien, coronándose como uno de los mejores openings de la temporada. Pero desafortunadamente termina resultando lo más emocionante de toda la serie y desentonando con la falta de tensión y buen ritmo de esta.


  Por el contrario, el ending, Pale Moon ga Yureteru, opta por una melodía de piano simple y la bonita voz de Aira Yuuki dándole un tono mucho más tranquilo y melancólico, aunque algo típico dentro de la industria. Cuenta con un estilo artístico experimental, crudo y esbozado que desborda sencillez, elegancia y expresividad y hace del ending una experiencia sumamente satisfactoria. Mientras que en el último episodio, de nuevo ONE III NOTES son los elegidos para poner poner punto y final a la serie, esta vez con el encanto de su tema mucho más acertado Our Place, junto con una secuencia de imágenes que desvelan cómo han proseguido las vidas de nuestros personajes.


 En síntesis, ACCA: 13-Territory Inspection Dept. es una obra muy extraña, incluso viniendo de Natsume Ono. Es un movimiento osado, que en su intento por alejarse de lo convencional no termina muy bien parado. Una historia fresca de intriga política con unas características muy diferentes y curiosas y un apartado sonoro bastante bueno, pero que desgraciadamente se pierde en un mar de mala dirección artística y estructura narrativa monótona.

 Muchas gracias por leer. Todas las críticas son bienvenidas.

 Este blog también puede ser leído aquí: http://aminoapps.com/page/anime-es/1761373/un-thriller-sin-emocion-acca-13-ku-kansatsu-ka

lunes, 20 de marzo de 2017

Recomendación: Not Simple


Con un comienzo in extrema res, empezando por el impactante final de su historia y saltando en el tiempo hasta llegar a la raíz del conflicto, Not Simple hace un recorrido por la vida de Ian, un muchacho australiano que viaja por el mundo tratando de cumplir su sueño para poder reencontrarse con su hermana mayor. Un relato narrado de forma peculiar y ordenada dentro de su desorden por Jim, un periodista, al cual el caprichoso destino hizo que en su camino se cruzara con Ian, decidido a reproducir la amarga y fascinante existencia de Ian en una novela que despertara la incredulidad entre sus lectores por ser tan "desgarradoramente" real y que es justamente la novela que tenemos entre nuestras manos.

Nos sumergimos de lleno en su desesperanzado periplo, durante el cual Ian no pierde de vista su objetivo a pesar de que la desdicha llame a la puerta una y otra vez. Y a través de su mirada inocente y pura, va descubriéndose ante nosotros una verdad, cruda y turbulenta. Not Simple se deshace de toda idea de melodrama adolescente barato, optando por una historia más realista, madura y dolorosa y lo que esto conlleva sin caer en la inverosimilitud ni la victimización de sus personajes, sino que cada uno de los errores y desgracias que sufren los personajes son la consecuencia natural de sus acciones y actitudes y de la influencia que otros han tenido en estos. Cada personaje tiene un papel en la historia de Ian y un porqué para estar ahí. Tejiendo una red en la que todo se conecta y encaja, uno complementa al otro, cada personaje es una pieza elemental del puzle que es Not Simple, personajes aparentemente ajenos a Ian resultan conectados a él inconscientemente de las formas más retorcidas posibles, tan irónicas como la vida misma.


Con paso tranquilo y decidido, el manga se desenvuelve con soltura tocando temas como el alcoholismo, el abandono, la prostitución y el incesto de forma sutil y con un enfoque adulto y realista que proyecta la visión de la sociedad con respecto a estos temas tabúes. Con su diálogo sencillo y fluido, crea un espectáculo de espontaneidad y naturalidad que atrapa por completo al lector y lo invita a dejarse llevar por la fluidez del manga, en un paseo desolador entre furiosas olas y negras nubes que amenazan tormenta, en medio de las cuales la brillante y casi incorruptible luz de Ian consigue filtrarse, decidida a persistir contra viento y marea.

Muchas veces menos es más. Y ese es el caso de Not Simple. Su arte es uno de los aspectos más atractivos. Un aire occidental y un trazo minimalista, lleno de fuerza y personalidad, sumamente expresivo, un despliegue de emociones que facilita la lectura y comprensión de la obra. Amplias líneas a modo de boca que se retuercen para dejar ver una media sonrisa llena de melancolía o se abren para dejar escapar un suspiro y ojos grandes y caídos, cansados de la vida y de ver cómo ésta siempre parece tener reservado algún mal para ellos, de cargar con sus frustraciones, arrepentimientos y sueños, que se funden de forma espléndida con la historia y hacen de su lectura una experiencia irrepetible.
Not Simple es un volumen único en el que Natsume Ono combina el drama y la cotidianidad del slice of life formidablemente, ofreciendo una lectura amena y absorbente que invita a devorar sus páginas en cuestión de minutos. Un manga que se sale de los parámetros establecidos, se aleja de lo convencional, forjando una identidad propia y nos embarca en un viaje de descubrimientos, decepciones, tropiezos, caídas y reconciliaciones que nos mantendrá cada capítulo con el alma en vilo y las emociones a flor de piel. Una obra ideal para aquellos que quieran dar un paso más allá y busquen una apuesta atrevida que salga de su zona de confort, una muy interesante alternativa a la monotonía impuesta en los últimos años que cierra con un mensaje claro y certero y es que la vida no es simple, te pasarán cientos de cosas horribles, pero no por ello debes dejar de intentarlo.

Este blog puede ser leído aquí junto con las partes correspondientes de mis compañeros del grupo Passione: http://aminoapps.com/page/anime-es/404334/descubriendo-apasionantes-obras